Historia y evolución grabado al buril

El grabado al buril ha sido y sigue siendo una técnica poco utilizada a lo largo de la historia desbancada por las características tanto en la elaboración como en la estampación de la técnica del aguafuerte.

Ningún creador contemporáneo ha investigado y evolucionado la técnica comunicando las posibilidades técnicas del grabado con buril salvo algunos pocos artistas como Joseph Hecht y Stanley William Hayter.

Grabado con buril. Joseph Hecht

Inicialmente los principales centros de actividad estaban en Alemania e Italia durante los siglos XV y XVI, con grabadores practicamente anónimos que usaban exclusivamente líneas o tal vez algún punteado ocasional y texturas y tonos muy limitados.

El primer grabador reconocido fue Martin Schongauer, que pronto quedó eclipsado con la brillante técnica de Alberto Durero, que incluso en su tiempo fue incuestionable. Sus grabados con buril están plasmado con gran realismo producto de una observación minuciosa y exacta e la naturaleza.

Su obra influyó en numerosos grabadores sobre todo para revelar y estimular las posibilidades del grabado como medio de expresión.

En Italia el grabado con buril también tuvo su desarrollo en dos estilos conocidos como "manera fina" y "manera amplia" desarrollados especialmente por artistas como Andrea Mantegna y Antonio Pollaiuolo.

Enel siglo XVI eran pocos los artistas que seguían grabando sus propias planchas, ya que por lo general el trabajo era encargado a ayudantes hábiles. El francés Jean Duvet era una una excepción.

En el siglo XVII, el grabado se había convertido en un método aceptado de reproducción de ilustraciones y obras de arte, utilizandose paraun gran número de fines como son: ilustraciones de portadas de libros, retratos, mapas, vistas arquitectónicas o planos de jardines, teniendo su pleno apogeo en el grabado de reproducción.

En el siglo XIX esta actividad fue reemplazada por la xilografía que más adelante tenderá a desaparecer con la aparición de los procesos fotomecánicos. También se sustituyó en parte por el aguafuerte, un método de reproducción mucho menos laborioso que el grabado con buril que además ofrecía mayor libertad de expresión.

William Blake, destaca por ser un grabador que trabajó la mayor parte de su vida el buril, aunque no aportó ninguna novedad destacable pero su obra fue altamente original.

Durante el siglo XX el grabado con buril recuperó vitalidad basado en la obra de artistas como Hecht que continuó buscando nuevas posibilidades en esta técnica, destacando unos pocos grabadores como Jean Laboureur, Roger Viellard, Etienne Cournault y Henri-Georges Adam.